La infancia es una etapa única en la vida del ser humano. Es en este momento en donde se desarrolla la capacidad de aprender y la actitud del aprendizaje.
Un contexto receptivo y estimulante ayuda a los niños y a las niñas a descubrir el mundo exterior y se logra la capacidad de integrar informaciones. En pocas palabras, el infante percibe y aprende de todo lo que ve, lo que escucha, lo que huele, lo que toca.
Posterior a la infancia, el cerebro nunca vuelve a ser tan elástico como en esta etapa, en cuanto a la receptividad y a la vulnerabilidad.
La mente de los niños se crea por medio de las experiencias sensoriales, lamentablemente estas experiencias no son siempre positivas, en algunas ocasiones son situaciones de desnutrición, abandono, abuso o explotación.
La vida después de un trauma emocional a temprana edad
Pasar por una situación traumática en la niñez “desorganiza” el mundo del adulto, lo que da como resultado confusión y en algunas ocasiones heridas muy profundas.
Cuando se habla de un trauma en la niñez, hacemos referencia a un acontecimiento que desmantela su mundo interno, sin embargo, no es en la niñez cuando se hace conciencia del acontecimiento vivido, sino en la edad adulta.
Resignificación de los acontecimientos
Para transmitir con mayor claridad este tema tomaremos como ejemplo el caso de Emma, una de las primeras pacientes de Sigmund Freud.
El acontecimiento ocurrido con esta paciente fue en la niñez al entrar a una tienda de pasteles, el pastelero le pellizca sus genitales, lo que ocasiona risa al pastelero, sin embargo, en ese momento, la niña no comprende el porqué de la risa del pastelero ni el significado del acto, por lo que la reacción de la niña es también reírse en lugar de indignarse.
Con el paso de los años y al asignarle un significado sexual a sus genitales, la niña resignifica el acontecimiento ocurrido en el pasado sintiéndose culpable por haber compartido la risa con su agresor.
En este sentido el trauma no se genera instantáneamente sino posteriormente con la construcción de diferentes significados que se le atribuyen a la experiencia.
¿Cómo alcanzar la resiliencia?
La resiliencia es la capacidad que tienen las personas para adaptarse a la vida después de haber sufrido una experiencia traumática.
Alrededor del mundo existen personas que han presenciado guerras, que han sido secuestradas, violadas, que han pasado por un proceso de divorcio, asesinato, abandono y cualquier otro tipo de agresión física o psicológica y, sin embargo, han decidido no ser esclavas del pasado y de la infelicidad. Esto es resiliencia.
Existen muchos factores que pueden ayudarte a lograr la resiliencia, aquí te mencionaremos dos:
- Dale un significado positivo a ese acontecimiento traumático de la infancia
Puede ser algo complicado, esto dependerá de la gravedad del suceso, empero, no hay experiencia que no se pueda superar con la construcción de una suficiente cantidad de pensamientos positivos.
Hay muchas personas que han logrado abrir Asociaciones Civiles para ayudar a otros después de haber vivido algo similar en sus vidas. Piensa que gracias a lo ocurrido eres una persona sensible que ve la vida diferente y llevas por dentro una gran fortaleza.
- Invierte en tu capacitación
La capacitación en el desarrollo personal es la clave para el entendimiento, empápate de libros, escucha audios, ve documentales, revistas, acude con un profesional, actualmente existen muchos expertos en el comportamiento humano, el cambio no se da de un día para otro requiere de disciplina y de tiempo. El conocimiento te ayudará a ser resiliente.
En busca de un ayer «perdido»
La infelicidad por no comprender el porqué de algunas posibles actitudes que puedas tener en tu vida adulta pueden ser resueltas en el presente.
El llorar repentinamente, el gritar o quedarte callado frente a ciertas situaciones de tu vida, el no creerte merecedor o el actuar de forma inmadura con ciertas personas, pueden ser indicios de un niño interior sin resolver.
Fuentes de referencia: